Remedios naturales síndrome de fatiga crónica.

Qué es el Síndrome de Fatiga Crónica

El deterioro cognitivo causado por el síndrome de fatiga crónica puede paliarse o mejorarse con un correcto entrenamiento cerebral. Recuperar la agilidad mental, ganar en capacidad de concentración o mejorar la memoria ya no son misión imposible para quienes padecen esta dolencia.

 La fatiga crónica es una enfermedad neurológica caracterizada por una fatiga profunda y persistente, que no mejora con el descanso, y que puede empeorar con la actividad física y/o mental. La fatiga crónica afecta especialmente a mujeres y a adultos jóvenes, de entre 20 y 40 años, aunque cualquier persona puede verse afectada. Perturba varios sistemas del cuerpo humano, en especial el sistema nervioso y el inmune, influyendo negativamente en sus funciones.

Algunos de los síntomas de la fatiga crónica son: agotamiento, frecuentes dolores de cabeza, malestar general, dolores musculares o en las articulaciones, falta de concentración, problemas de sueño, depresión etc.
Se trata de una condición que disminuye la capacidad mental y física de quienes la padecen, reduciendo significativamente su calidad de vida. Contrario a la creencia popular, no existen edad, género ni características conocidas de quién puede sufrir el SFC, ni se han detectado causas específicas. Pese a lo dicho, la mayoría de quienes lo padecen son mujeres entre 40 y 50 años, pero el nivel de intensidad no varía entre hombres y mujeres —aunque sí varía de}
 un caso a otro—, y puede afectar lo mismo a niños, adolescentes o ancianos.
Se estima que el Síndrome de Fatiga Crónica afecta a más de un millón de personas en Estados Unidos, de todos los grupos étnicos, y el Centro de Control de Enfermedades cree que 4 de cada 5 casos no han sido diagnosticados. La importancia del diagnóstico se justifica en que estas personas tienen problemas para conservar sus trabajos, carecen del apoyo y la comprensión de sus familiares y su condición puede ocasionar riesgos si son incapaces de asumir algunas responsabilidades.
Otro problema del Síndrome de Fatiga Crónica es que resulta difícil de diagnosticar, y debe distinguirse de otros padecimientos que la medicina distingue. La fatiga crónica coincide en muchos de sus síntomas con depresión, fibromialgia e hipersensibilidad a conservadores y aditivos tóxicos en los alimentos. No se tiene claro si existe una relación intrínseca entre estos padecimientos, pero podría haber una mayor incidencia en quienes son diagnosticados con el SFC.

Síntomas del Síndrome de Fatiga Crónica

La definición del Síndrome de Fatiga Crónica está de algún modo en desarrollo. En el siglo XIX se utilizaba la expresión más amplia de neurastenia, y ahora se propone «encefalitis miálgica», que la distingue de la Fatiga Prolongada y de la Fatiga Crónica Idiopática. Existen una serie de criterios que se deben cumplir para extender el diagnóstico, además de una importante cantidad de exámenes médicos para descartar otra condición que cause los síntomas.
  • Debe ocurrir un cansancio repentino y súbito, que no se alivia con el descanso y que reduce significativamente la capacidad para desarrollar actividades diarias.
  • Junto con el inicio de los síntomas de fatiga crónica y por 6 meses o más, deben ocurrir al menos cuatro de los siguientes síntomas:
    • Falta de concentración
    • Garganta irritada
    • Nodos linfáticos sensibles
    • Dolores musculares
    • Dolor en articulaciones
    • Dolor de cabeza
    • Malestar general por periodos mayores a 24 horas
Las personas con Síndrome de Fatiga Crónica también pueden presentar algunos de los siguientes síntomas:
  • Palpitaciones
  • Dificultades de planeación y eligiendo palabras
  • Problemas para dormir
  • Náuseas
  • Síntomas de resfrío

No se sabe que la causa: teorías

Aunque se distingue de la Fatiga Crónica Idiopática, para el Síndrome de Fatiga Crónica tampoco existe un reconocimiento cabal de las causas, lo que ha complicado la búsqueda de un tratamiento efectivo.
Para esta enfermedad, se consideran como posibles causas bases neurales, entre las que se mencionan cambios en los patrones de sueño, disfunciones en el córtex pre-frontal y otros.
Otras investigaciones apuntan a algún patrón infeccioso, problemas del sistema inmune, factores genéticos o a efectos en la producción de hormonas suprarrenales, que están directamente vinculadas con el estrés.

Tratamientos naturales para la fatiga crónica

No existe un tratamiento médico diseñado para el Síndrome de Fatiga Crónica. Los antidepresivos son la solución farmacológica más recetada, pero muchos enfermos los evitan por temor a sus efectos secundarios. También se han probado tratamientos basados en melatonina y agomelatina, fundados en la idea de que el problema se deriva de los patrones de sueño.
Los remedios naturales son una alternativa al tratamiento, que ofrecen soluciones, en ocasiones parciales, donde la medicina alópata aún sufre un vacío. Entre los más socorridos e investigados se encuentran:

  • Hierba de San Juan Se ha indicado como tratamiento natural para la depresión, y en estudios ha mostrado mejoría a pacientes diagnosticados con fatiga crónica, incluso aquellos que no se consideran deprimidos. También es un tratamiento popular para la infección del oído y para ayudar a dejar de fumar.
  • Caldo de pollo En especial si contiene patas de pollo, pues se aprovecha la anserina y carnosina. El caldo de pollo se ha tomado durante siglos como atenuante de fatigas físicas y mentales. Mejora las defensas y ayuda a regular el estado de ánimo. Se han hecho estudios de consumo habitual —hasta por cuatro semanas— en pacientes con SFC, quienes reportan una mejoría significativa de los síntomas.
  • Bonito Este pescado es tradicionalmente consumido en Japón, pero se distribuye en forma de hojuelas deshidratadas. Si bien muchas veces se elaboran con otros pescados (el bonito es una variedad de atún), parece que siempre goza de una de sus populares cualidades, que es combatir la fatiga. Un estudio resaltó el efecto del bonito para mejorar la energía, en especial cuando se consume una dieta baja en carbohidratos, como la dieta de poleo.
  • Dieta saludable Una dieta diseñada para personas con Síndrome de Fatiga Crónica debe incluir:frutas y vegetales ricos en antioxidantes de colores oscuros), altos contenidos en fibra y Omega 3. Para quienes padecen presión baja se sugiere no limitar el consumo de sal, y alimentos ricos en almidón para quienes padecen náuseas.
  • Limpieza de colon Basado en la teoría de que la fatiga puede ser resultado de una intoxicación,la limpieza del colon es una fórmula infalible para eliminar residuos tóxicos que eventualmente regresan al torrente sanguíneo. Es completamente inocua y su único inconveniente real es el prejuicio cultural que acompaña a este tratamiento.
  • Polen de abejas El polen es conocido como un poderoso revitalizante. Se recomienda tanto para mejorar el desempeño físico como para algunos problemas asociados con infertilidad. En ocasiones se mezcla con propóleos, que se sabe tienen beneficios sobre el sistema inmunológico. No se conocen efectos adversos en la salud.
  • Terapia cognitivo-conductual Esta terapia no es un tratamiento específico, sino una asistencia para mejorar las condiciones de vida, lo que puede ayudar a aminorar los síntomas de la fatiga crónica y a enfrentar la enfermedad. Una forma de esta estrategia puede ser la terapia horticola. Entre las recomendaciones de la terapia cognitivo-conductual se encuentra:
    • Llevar un diario que incluya programación de actividades
    • Administrar la agenda para distribuir actividades durante la jornada
    • Confrontar pensamientos negativos y de baja autoestima
    • Practicar ejercicios de respiración o meditación para estimular el descanso
    • Aprender a priorizar actividades (para consumir la energía en las más importantes)
    • Aceptar los fracasos, sin abandonar la rutina.

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