FUKUOKA Y LA SENDA NATURAL DEL CULTIVO
Hace unos
tres años, conocí a Gabriel en París un Argentino que estaba viajando por
Europa, en seguida congeniamos ya que teníamos una forma parecida de ver la
vida, ambos estábamos en busca de un mundo mejor, el me hablo de la
Permacultura, yo debo reconocer hasta ese momento nunca había escuchado al
respecto y me pareció más que interesante, él se dirigía a Grecia para ir a
pasar una semana de trabajo en una granja permacultura, yo lamentablemente me
tuve que regresar a Barcelona, a mi trabajo de esclavo del sistema, en fin,
Martín me hablo de un libro que se llama "La revolución de una brizna de
paja" y así conocí al maestro Masanobou Fukuoka.
Hoy se
algo sobre Permacultura, he leído y visto sus resultados, ya les he hablado
anteriormente de la Agricultura Sinérgica, que es hija de los métodos de Fukuoka,
y de la Permacultura planteada por Bill Mollison, hoy toca el turno al Maestro
al que indico el camino a seguir podríamos decir.
El método
Fukuoka es una revolucionaria forma de entender la agricultura volviendo a los
orígenes. También llamado Agricultura Natural, los métodos del ex-microbiólogo
Masanobu Fukuoka se basan en la no intervención (Wu Wei). Este sabio agricultor
propone que nos hemos separado de la naturaleza y que escasean las cosas
naturales. Cualquiera puede practicar ese tipo de agricultura siguiendo unos
sencillos y lógicos principios, en cuanto que el objetivo es cultivar la tierra
de forma natural.
Principios
básicos de la Agricultura Natural
■No arar. En su estado natural la tierra no se ara a sí misma y los bosques siguen siendo cada año más fértiles si se les deja evolucionar. Al remover la tierra estamos modificando parte de la estructura y composición del suelo y destruyendo microscópicas comunidades de nematodos, bacterias y hongos que hacen que una tierra sea rica y variada
.
■No usar abonos ni fertilizantes. De igual forma, los bosques no se abonan a base de compuestos concentrados. El simple aporte de materia vegetal que se descompone por acción de los citados habitantes de los suelos es suficiente para recuperar los nutrientes que en su día captaron las plantas a distintas profundidades del suelo. Todo esto y muchas más partículas procedentes de la fauna animal y lo que trae el viento hacen que la capa vegetal concentre una fertilidad inmensa.
■No usar abonos ni fertilizantes. De igual forma, los bosques no se abonan a base de compuestos concentrados. El simple aporte de materia vegetal que se descompone por acción de los citados habitantes de los suelos es suficiente para recuperar los nutrientes que en su día captaron las plantas a distintas profundidades del suelo. Todo esto y muchas más partículas procedentes de la fauna animal y lo que trae el viento hacen que la capa vegetal concentre una fertilidad inmensa.
■No eliminar malas hierbas ni usar herbicidas. Las malas hierbas no existen si las conocemos y aprendemos a controlarlas con métodos naturales. Fukuoka propone estudiarlas para sacar partido de ellas y que interacciones con otras especies vegetales y la fauna del suelo para enriquecer el agro sistema. Una invasión de trébol deja de serlo cuando pensamos que evita el crecimiento de otras plantas de mayor porte y enriquece el suelo fijando nutrientes como el nitrógeno gracias a la simbiosis con determinadas bacterias del suelo.
■No usar pesticidas. Las plagas en los monocultivos sólo se saben controlar a base de venenos. El método Fukuoka evita este tipo de cultivo intensivo, que agota el suelo, y prefiere sistemas con varias especies, donde es posible equilibrar de forma natural las poblaciones de insectos con el fin de que no resulten perjudiciales.
■No podar. El propósito es permitir a las plantas alcanzar el porte para el que la naturaleza las diseño. Puede podarse una rama enferma o una que moleste en exceso a otra planta que nos interese, pero no resulta interesante modificar la forma original de un árbol a base de podas drásticas.
Permacultura
Esta
forma natural de cultivar ha sido englobada en las técnicas de la llamada
Permacultura y en definitiva se basa en observar e imitar a la naturaleza, que
es bastante más sabia que nosotros, en vez de intentar controlar todos y cada
uno de los factores de un ecosistema a base de productos químicos, tratamientos
mecánicos o alteraciones genéticas.
Aunque
muchos pueden pensar que se trata de la locura de un japonés idealista, hay que
saber que el método Fukuoka ha sido usado con éxito en muchos países y que él
mismo ha conseguido plantaciones de arroz con granos el doble de grandes que
los grandes monocultivos de arroz de su país. Eso sí, sus plantaciones de arroz
pueden estar mezcladas con manzanos, plantas de centeno y tapices de trébol
blanco. Esto es lo mejor de todo, que su sistema funciona. Incluso se ha utilizado
con éxito para reverdecer áreas desprovistas de vegetación.
La
técnica del no hacer
El Wu Wei
(no hacer nada) no se trata de sentarse y esperar a que la tierra se convierta
en el jardín del edén. Muchas veces requiere años de observación y estudio de
la tierra, hasta dar con las especies adecuadas y conseguir un estado de
fertilidad óptimo para lograr una buena producción.
Lo que es
seguro es que los frutos obtenidos son de un sabor insuperable por cualquier
explotación agrícola moderna, donde se llegan a recoger las manzanas muchos
meses antes de su maduración para poderlas guardar largos tiempos y
transportarlas por barco a sus destinos finales. Cuando lleguen lo harán sin el
sabor que tienen las manzanas recién cogidas en su punto exacto de maduración,
además de con unos precios inflados a causa de los intermediarios.
Bolas de
arcilla o Nendo dango
Su
sistema de plantación también resulta sorprendente por su sencillez. Para
evitar que los pájaros se coman gran parte de las semillas, las envuelve en
bolitas de arcilla de 2-3 cm y las esparce por el campo. Con las lluvias, las
bolas que protegen a la semilla se deshacen y permiten a la semilla crecer.
Los
restos vegetales sobrantes de la cosecha del año anterior sirven para cubrir la
tierra, proporcionarle protección contra la erosión, conservar la humedad y
servir de compost al suelo. Así ocurre en la naturaleza y este sistema tan
eficaz tiene una eficacia más que probada por cientos de miles de años.
Agricultura
ecológica llevada al extremo
El método
Fukuoka o la Agricultura Natural se podría considerar como una forma de
Agricultura ecológica llevaba al extremo. Además también es Permacultura porque
busca en igual grado el cuidado de la tierra y de las personas para obtener un
rendimiento justo. Este acercamiento a la naturaleza hay que tomarlo muy en
serio porque además de su eficacia es una forma de producir alimentos sin
exprimir el ecosistema.
Lamentablemente
el maestro ya no se encuentra entre nosotros pero nos dejó su sabiduría en sus
dos libros fundamentales
Artículo
escrito por Raúl Mannise para Ecocosas.com
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