Reclamemos nuestra salud: el poder está en nuestras manos.
**Reclamemos nuestra salud: el poder está en nuestras manos**
La historia que muchos vivimos es un espejo de un sistema que prioriza el tratamiento sobre la prevención, los parches sobre las soluciones y la dependencia sobre la autonomía. Nos han enseñado a ver la salud como un producto empaquetado, pero la verdadera medicina no está en los laboratorios: **está en la tierra que pisamos, en el aire que respiramos, en el sol que nos abraza y en el agua pura que nos recuerda nuestra esencia vital**.
**La Tierra como medicina**
Nuestros abuelos y abuelas no necesitaban recetas médicas para estar sanos; tenían raíces, hojas, frutos y la sabiduría de escuchar al cuerpo. La mejor farmacia es la naturaleza:
- **El sol** regula el ánimo y fortalece los huesos.
- **El aire libre** oxigena la sangre y despeja la mente.
- **El agua de manantial**, sin cloro ni químicos, es vida líquida.
- **La tierra fértil**, cultivada sin herbicidas, nos devuelve alimentos que sanan, no que envenenan.
**La comida no es mercancía, es herencia**
Dejemos de tratar nuestro cuerpo como un tarro de basura. Los transgénicos, los pesticidas y la comida chatarra son experimentos modernos que nos debilitan. Volvamos a lo esencial:
- **Alimentos criados con respeto**, sin químicos que dañen la tierra o nuestro organismo.
- **Semillas ancestrales**, no modificadas en laboratorios para generar adicción.
- **Recetas de la abuela**: caldos de hueso, fermentos, hierbas aromáticas y platos que se cocinaban con paciencia, no con microondas.
**Recuperar el hogar es recuperar la salud**
"Volver a casa" no es solo un lugar, es un acto de rebeldía: es sembrar tu propia huerta, beber agua filtrada pero viva, tomar el sol de la mañana y guardar las pastillas para emergencias reales. Es honrar el conocimiento de quienes entendieron que la salud se construye con hábitos, no con pastillas:
- **Los abuelos que sanaban con emplastes de cebolla** para la fiebre.
- **Las abuelas que preparaban té de boldo** para el hígado.
- **Las comunidades que celebraban la cosecha** como un ritual de gratitud.
**Desintoxica tu vida**
El sistema quiere que creas que necesitas más: más fármacos, más suplementos, más "soluciones rápidas". Pero la respuesta está en simplificar:
- **Rechaza lo artificial**: Si tiene más de cinco ingredientes o nombres que no puedes pronunciar, no es comida.
- **Conéctate con los ciclos naturales**: Duerme cuando anochece, despierta con el amanecer.
- **Aprende de los ancestros**: ¿Cómo enfrentaban el estrés sin ansiolíticos? Con comunidad, cantos, trabajo en la tierra y fe en la vida.
**Un llamado a las raíces**
No se trata de romantizar el pasado, sino de rescatar lo que nunca debimos perder: **autonomía**. Cada vez que eliges un tomate de huerta sobre un paquete de snacks, que caminas descalzo sobre la hierba o que preparas una infusión en vez de abrir un frasco de pastillas, le devuelves a tu cuerpo el derecho a sanar.
La industria quiere que olvides que eres parte de la naturaleza. Pero tú puedes recordarlo:
- Planta una hierba medicinal en tu ventana.
- Intercambia semillas con tus vecinos.
- Cocina como si cada ingrediente fuera un acto de amor.
**La salud no se compra: se siembra, se cuida y se cosecha.**
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Este texto ahora enfatiza aún más la relación con la tierra, la alimentación consciente y el rescate de prácticas ancestrales.
DAHARA VIDYA...
Armando Rodriguez Morales.
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