Arazá o Guayaba.
Arazá es una fruta propia del Amazonas apropiada para la preparación de
jugos, néctar, helados, mermelada y fruta deshidratada. Entre sus beneficios se
encuentran componentes altamente nutritivos como la Vitamina C, Tiamina (B1),
Riboflamina (B2) y Niacina (B3), Minerales (Hierro. Fósforo y Calcio) y
Carbohidratos. Por ser cultivada orgánicamente, presenta marcadamente la
fragancia y el sabor de la fruta.
Nombres vulgares: arazá, guayaco, guaribolo, guayaba, guayabero
Arazá originaria del
amazonas occidental, hay dos subespecies en estado natural
una del estado de Acre de Brasil (stipitata) y la del amazonas peruano ...
una del estado de Acre de Brasil (stipitata) y la del amazonas peruano ...
Crece
espontáneamente en Sudamerica (la mesopotamia argentina) y las partes de él que
se utilizan son frutos y hojas.
¿Para
qué sirve? Internamente se
lo utiliza en las digestiones lentas y dolorosas por sus propiedades
antiespasmódicas. Es importante su uso en las disenterías crónicas y agudas por
sus virtudes astringentes. Externamente
se lo emplea en lavajes vaginales, fomentos y lociones.
Antiguamente, con las hojas maceradas en aceite se preparaba un bálsamo muy
utilizado en heridas y contusiones. Con los frutos se fabrican dulces y un
licor que actúa como aperitivo y estimulante del apetito.
- Aplicación terapéutica: Crema astringente
Machacar
20 g de hojas de arazá con 20 g de lanolina. Agregar 5 g de agua de rosas, 2g
de tanino y 10 g de vaselina líquida. Aplicar con masajes suaves hasta que
desaparezca para combatir las arrugas, especialmente las que se forman debajo
de los ojos. Debe aplicarse por lo menos una vez por día, preferentemente por
la noche. El tratamiento no puede durar menos de 15 días, hasta que se
adviertan los resultados.
- Aplicación gastronómica: Tabletas dulces
Ingredientes
2 kilos de guayabas
1 kilo de azúcar, preferentemente de refinería
200 g de coco fresco rallado
Preparación
Elegir
guayabas no muy maduras ni muy verdes. Lavarlas, ponerlas en una cacerola
dejándoles las cáscaras y semillas. Cubrir con poca agua y hervirlas hasta que
estén tiernas. Escurrir y tamizarlas (debe obtenerse 1 kilo). Adicionar el
azúcar, el coco y cocinar a fuego vivo hasta espesar, removiendo con cuchara de
madera. Volcar en asadera forrada con papel encerado. Enfriar y cortar en
tabletas
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