Es un alimento con la misma cantidad de proteínas que la carne, además de Vitamina A, del grupo B,C,E, hierro, magnesio o zinc. En la cocina, la podemos usar igual que cualquier otra verdura, en ensaladas, sopas, purés, tortilla o batidos.
Sus propiedades sanadoras benefician a todo el cuerpo:
Tomando una taza de infusión diaria, combate las enfermedades causadas por virus y bacterias.
Evita la caída de cabello a base de lavarlo con cocimiento de ortiga fresca y raíces de ortiga, de esa manera restablecemos de nuevo el crecimiento.
Una limpieza de sangre puede hacerse a base de tomar durante un mes, dos infusiones diarias de ortiga, esto también facilita la formación de sangre. Esta terapia se recomienda hacerla en primavera y otoño.
En infusión, se utiliza para evitar obesidad, diabetes, eczemas, picor, dolor de cabeza, anemia, arenilla renal, afecciones de hígado, de bazo, catarros convulsiones, úlceras estomacales e intestinales, enfermedades del pulmón, retención de líquidos, alergias, gota, reuma, ciática, lumbago, neuritis y también es antihistamínica.
Las personas mayores suelen ser propensas a sentir cansancio y agotamiento por falta de hierro, la ortiga es su aliada.
Estimula el páncreas y la evacuación de vientre y además es un preventivo para el cáncer.
INFUSIÓN: 2 grs. (una cucharada de postre) de hoja seca para 250 ml. de agua. No se debe hervir el agua, sólo escaldar, dejar reposar tapado 5 minutos, colar y tomar a sorbos.
PESTICIDA: poner en un bidón una gran cantidad de ortigas, cubrirlas con agua y dejar macerar durante varios meses, colar y usar para rociar las plantas que queremos proteger de insectos.
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